Ser mamá con paciencia y resiliencia
Ser mamá es un viaje lleno de sorpresas, desafíos y alegrías. Tener un hijo con ADHD o TDAH me enseña el verdadero significado de la paciencia y resiliencia. Cada día trae consigo nuevos retos, pero también momentos de inmensa satisfacción. Ver a mi hijo superar obstáculos y brillar con su propia luz es un recordatorio constante de su increíble fortaleza y espíritu.
Ser mamá, en este contexto, no se trata sólo de guiar y enseñar, sino también de aprender y crecer junto a mi hijo. Nos enfrentamos juntos a las dificultades, celebramos los pequeños y grandes logros, y nos apoyamos mutuamente en los días difíciles. A través de sus ojos, he aprendido a ver el mundo con una perspectiva única, apreciando las pequeñas victorias que a menudo pasan desapercibidas.
Y aunque el camino puede ser arduo, no lo cambiaría por nada, porque en cada paso veo valentía y el amor de mi hijo.